Trastornos del estado de ánimo
La depresión es un trastorno del estado de ánimo en el que existe un estado de abatimiento biológico y psicológico que puede durar semanas, meses o años y donde aparecen síntomas psíquicos (desinterés, tristeza, baja autoestima, desmoralización, etc.) y somáticos (pérdida del apetito, alteraciones del sueño, astenia, apatía, etc.).
Investigaciones médicas han demostrado que los problemas depresivos son trastornos del cerebro, sin embargo, las causas precisas aún se desconocen. Con mucha frecuencia, la combinación de factores genéticos, cognitivos y ambientales están implicados en el inicio del trastorno. Una situación traumática o un cambio estresante en los patrones de vida aunque dicho cambio sea deseado, puede precipitar un episodio depresivo en personas vulnerables.
En nuestro colectivo, la prevalencia encontrada en investigaciones americanas sugiera la presencia de problemas relacionados con la adaptación de la persona al entorno, las estrictas reglas disciplinarias y la carga del trabajo físico. También la predisposición a misiones donde se realizan u observan situaciones que van en contra de la moral de la persona, tristeza por la muerte de compañeros, sufrir algún tipo de abuso, etc. puede llegar a desencadenar con posterioridad un trastorno depresivo.
Los datos en depresión en hombres son más bajos que en las mujeres, pero estudios demuestran que éstos son más reacios a pedir ayuda o buscar tratamiento adecuado. Su no reconocimiento de los síntomas les puede llevar a conductas compulsivas o más arriesgadas, así como más probabilidad de consumar el suicidio. Investigaciones realizadas en EEUU demuestran que la tasa de suicidio en el varón es cuatro veces mayor que en las mujeres.
Por esto, el objetivo en este caso pasa por facilitar una adecuada expresión de sentimientos para reconocer la necesidad de ayuda y así realizar un diagnóstico y posterior tratamiento, lo que puede beneficiar a la persona.
Los síntomas más característicos de la depresión son:
- Tristeza persistente, ansiedad.
- Sentimientos de desesperanza, pesimismo.
- Sentimientos de culpa e impotencia.
- Perdida del interés por las cosas con las que antes disfrutaba.
- Disminución de la energía, fatiga.
- Alteraciones del sueño y del apetito.
- Dificultades para concentrarse.
- Ideas de suicidio.
- Irritabilidad.
Existe una gran comorbilidad de la depresión con otro tipo de trastornos o enfermedades, sobre todo con los trastornos de ansiedad, con los trastornos de abuso de sustancias y alteraciones del sueño. Es especialmente frecuente en personas con TEPT, dándose justo después de la exposición al terrible suceso. En un estudio realizado por el NIMH, más del 40% de las personas con TEPT tenían un cuadro de depresión añadido al evaluarlas unos meses después del acontecimiento traumático. Los trastornos del ánimo también son frecuentes con los problemas de abuso o dependencia de sustancias. Investigaciones han descubierto que las personas alcohólicas son dos veces más propensas a padecer depresión mayor.