Se han gastado miles de millones de dólares en dinero público para curar las heridas de conflictos que se han traído a casa. Las consecuencias de las guerras en Afganistán e Irak "se sentirán muchos años después", debido al impacto emocional en los soldados

Cada vez más se van haciendo notables las consecuencias a largo plazo de los despliegues en zonas de combate y la exigencia de la vida militar. Esto es visible en la alta tasa de suicidios y de actos violentos que se están dando en EEUU.

En un estudio reciente, se ha encontrado que contratistas privados que fueron destinados a zonas de conflicto como Afganistán o Irak en los últimos años tienen una elevada tasa de depresión y Trastorno de Estrés Postraumático.

Diversas investigaciones han revelado la gran afectación que tienen en las parejas del personal militar el despliegue de estos en territorios de combate.

Según el jefe de la unidad de Psicología de la Dirección de Sanidad (DISAN) del Ejército de Tierra, teniente coronel Antonio Rodríguez Buelta, la intervención psicológica en personal militar tanto en la fase de concentración del contingente como posteriormente en el despliegue en un país extranjero, ha avanzado en gran medida en los últimos años y está muy controlada por los equipos de apoyo específicos en la zona de operaciones.