Según un estudio de Catherine Caska
Cuando el conflicto llega a casa
Diversas investigaciones han revelado la gran afectación que tienen en las parejas del personal militar el despliegue de estos en territorios de combate.
Uno de los estudios muestra que la reacción de militares con trastorno de estrés postraumático (TEPT) en situación de conflicto conyugal puede conllevar problemas relacionados con el sueño y mayor riesgo de enfermedades cardiovasculares. A su vez, se ha visto que las parejas de militares son más vulnerables a tener un problema de salud.
El primer estudio relacionado con los conflictos de pareja, fue llevado a cabo por Catherine Caska, investigadora de psicología de la Administración de Veteranos del Sistema Internacional de Seattle Sound Health Care. Se basó en observar los cambios emocionales y físicos en un grupo de veteranos, que habían luchado en Irak y Afganistán, y sus parejas cuando entraban en conflicto, de los cuales la mitad presentaba un TEPT y ninguna sintomatología la otra mitad. Se midieron diferentes factores relacionados con problemas cardiovasculares como: ansiedad, presión arterial, frecuencia cardiaca y su variabilidad, activación simpática cardiaca y estados de ira.
Encontraron que la población de mayor riesgo eran las parejas del grupo de veteranos con Trastorno de Estrés Postraumático, ya que manifestaron más ira y una mayor reactividad cardiovascular.
Al haber encontrado una fuerte asociación entre conflicto marital y reactividad cardiovascular, sobre todo en parejas con problemas de estrés postraumático, los investigadores consideran que se podría relacionar un conflicto marital con otros factores de riesgo de la enfermedad cardiovascular, como la mala alimentación o falta de ejercicio.
En relación a los problemas de sueño en personal excombatientes, se sigue estudiando como las relaciones conflictivas y el estrés afectan al sueño. Según Wendy Troxel, psicóloga clínica y de salud de la Rand Corp. en Pittsburgh, los trastornos del sueño son comunes en esta población por las condiciones a las que han tenido que estar sometidos y a la necesidad de estar en continua vigilancia en territorios de combate, y que es probable que persistan cuando vuelven a casa.
Diversas investigaciones han revelado la gran afectación que tienen en las parejas del personal militar el despliegue de estos en territorios de combate.
Uno de los estudios muestra que la reacción de militares con trastorno de estrés postraumático (TEPT) en situación de conflicto conyugal puede conllevar problemas relacionados con el sueño y mayor riesgo de enfermedades cardiovasculares. A su vez, se ha visto que las parejas de militares son más vulnerables a tener un problema de salud.
El primer estudio relacionado con los conflictos de pareja, fue llevado a cabo por Catherine Caska, investigadora de psicología de la Administración de Veteranos del Sistema Internacional de Seattle Sound Health Care. Se basó en observar los cambios emocionales y físicos en un grupo de veteranos, que habían luchado en Irak y Afganistán, y sus parejas cuando entraban en conflicto, de los cuales la mitad presentaba un TEPT y ninguna sintomatología la otra mitad. Se midieron diferentes factores relacionados con problemas cardiovasculares como: ansiedad, presión arterial, frecuencia cardiaca y su variabilidad, activación simpática cardiaca y estados de ira.
Encontraron que la población de mayor riesgo eran las parejas del grupo de veteranos con Trastorno de Estrés Postraumático, ya que manifestaron más ira y una mayor reactividad cardiovascular.
Al haber encontrado una fuerte asociación entre conflicto marital y reactividad cardiovascular, sobre todo en parejas con problemas de estrés postraumático, los investigadores consideran que se podría relacionar un conflicto marital con otros factores de riesgo de la enfermedad cardiovascular, como la mala alimentación o falta de ejercicio.
En relación a los problemas de sueño en personal excombatientes, se sigue estudiando como las relaciones conflictivas y el estrés afectan al sueño. Según Wendy Troxel, psicóloga clínica y de salud de la Rand Corp. en Pittsburgh, los trastornos del sueño son comunes en esta población por las condiciones a las que han tenido que estar sometidos y a la necesidad de estar en continua vigilancia en territorios de combate, y que es probable que persistan cuando vuelven a casa.